Está amaneciendo, el sol, el día, nosotros. La luz empieza a acariciar nuestros ojos y vamos despertando. Depende donde estés, escucharas a los pájaros cantar o a los autos pasar. Tanto en el bosque como en la playa se respeta cierto ritmo, notarás cierta armonía. Quizás en la ciudad haya más ruidos, pero no deben perturbarnos, nosotros somos el ritmo de la ciudad.
Los colores del cielo se parecen a los del atardecer pero están justo del otro lado de lo que vemos, en el Este; el aire de la mañana es más ligero, incluso diría que más puro. Es como si en la noche el aire también hubiera descansado.
El sol sigue subiendo despacio, nostros ya estamos vestidos y caminando.
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